El turismo tiene un impacto positivo en la calidad de vida y en el crecimiento personal de quienes lo practican. A través de los viajes, las personas tiene la oportunidad de experimentar nuevas culturas, conocer diferentes estilos de vida, y ampliar su perspectiva de su país de recidencia y del mundo en general. Esto promueve el desarrollo personal, la tolerancia y la comprensión intercultural.
Además, el turismo fomenta el bienestar mental al ofrecer una oportunidad para relajarse, desconectar de la rutina diaria y reducir el estrés. También estimula el crecimiento intelectual y emocional, al permitir a los individuos aprender sobre historia, arte, naturaleza y gastronomía de diversas regiones.
Por otro lado, el turismo tiene efectos económicos positivos en las comunidades locales, ya que genera empleo, promueve la infraestructura y dinamiza economías regionales. Así, contribuye al desarrollo social y económico, mejorando las condiciones de vida tanto de los turistas como de las poblaciones receptoras.