El Montañerito Paisa (Atlapetes blancae), también conocido como Antioquia Brush-Finch, es una de las aves más simbólicas y frágiles del altiplano norte del departamento de Antioquia. Esta especie endémica —es decir, que sólo se encuentra en esta región— fue descrita en 2007 a partir de especímenes recolectados en 1971 y permaneció considerada extinta durante casi cinco décadas. Sin embargo, desde su redescubrimiento entre 2018 y 2019, ha surgido una ola de conservación y aviturismo responsable que busca protegerla .

Descripción y características

El Montañerito Paisa mide aproximadamente 17 cm. Destaca por su frente, coronilla y nuca de color rufo intenso. Lleva una máscara negra que recorre desde el ojo hasta las auriculares, con un punto gris claro sobre el ojo. Su dorso es gris pizarra, alas y cola ligeramente más oscuras, y una banda blanca visible en la base de varias plumas primarias (P4‑P7). La parte ventral es gris muy pálida, con tonos más marcados en los flancos. Machos y hembras son visualmente similares, mientras que los juveniles muestran menor banda alar y tonos cafés más evidentes .

Es similar al Atlapetes latinuchus, pero se diferencia por su tono más pálido por debajo. También es distinto del llamado gorrión montés pizarra (Atlapetes schistaceus) por tener un pico más robusto, panel alar más reducido y ausencia de bigoteras marcadas .

Distribución y hábitat

Esta ave habita exclusivamente el altiplano norte de Antioquia, con registros confirmados en municipios como San Pedro de los Milagros y Yarumal, en elevaciones entre 2.400 y 3.050 metros sobre el nivel del mar. Prefiere ecosistemas de rastrojo bajo, donde abundan arbustos y pequeños árboles que producen frutos como mortiño y uvitos de monte, esenciales en su dieta .

Estas zonas son también importantes fuentes hídricas de la cuenca Magdalena‑Cauca, abasteciendo ríos como el Nechí, el Río Grande y el San Andrés de Cuerquia, por lo que su conservación de hábitat aporta beneficios ecosistémicos más amplios .

Historia del redescubrimiento

Durante cerca de 45 años se creyó que el Montañerito Paisa estaba extinto. Fue hasta 2018 que un aficionado a la observación de aves en San Pedro de los Milagros fotografió un ejemplar, marcando el inicio de su reaparición pública. En 2019 se registraron nuevos individuos en los Llanos de Cuivá, municipio de Yarumal, aproximadamente a 40 kilómetros del primer avistamiento .

Este redescubrimiento se consolidó gracias a ornitólogos como Rodolfo Correa Peña, Sergio Chaparro-Herrera, Juan Luis Parra y Andrea Lopera‑Salazar, quienes colaboraron para documentar a la especie y diseñar planes de conservación . También cabe resaltar el papel de Raúl Tamayo González, conocedor informal que nunca creyó su extinción y orientó a los investigadores desde la comunidad local .

Estado de conservación

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica al Montañerito Paisa como peligro crítico de extinción (CR). A pesar de su redescubrimiento, sus poblaciones siguen siendo escasas y fragmentadas. El principal riesgo es la expansión agrícola que ha reducido sus hábitats naturales .

Desde 2019, incluso el Ejército Nacional ha asumido labores de vigilancia en zonas donde se encuentran los pocos individuos restantes, en un esfuerzo coordinado con organizaciones como la Corporación Salvamontes y el Instituto Humboldt .

Iniciativas de conservación y ecoturismo

La Iniciativa de Conservación del Montañerito Paisa (iCMP) liderada por Corporación SalvaMontes ha sido clave en la protección de la especie. Desde talleres comunitarios, censo participativo (“buscatones”), modelaciones de distribución y acuerdos de conservación en predios privados, se ha avanzado en proteger cerca de 1.880 hectáreas, incluyendo reservas permanentes y corredores ecológicos .

La iCMP busca también integrar soluciones basadas en la naturaleza: promover sistemas ganaderos de doble propósito, agroforestería con mortiños y uvitos, y actividades económicas sostenibles que integren la conservación del ave como eje central del desarrollo local .

Una de las acciones más destacadas son las “buscatones”: encuentros de ciencia participativa donde observadores y comunidades se unen para monitorear la presencia del Montañerito Paisa. Estas actividades generan datos fundamentales para la ciencia, al tiempo que fortalecen el sentido de pertenencia regional .

Turismo responsable

El avistamiento del Montañerito Paisa se impulsa como una experiencia ecoturística sostenible. Aunque el uso de playback se evita para no interferir con la reproducción territorial, el canto único de esta especie —un característico “chiflí‑chiflí‑chiflí”— suele alertar de su presencia. Dado que es activo, vocal y relativamente visible, esto lo convierte en un atractivo para los visitantes interesados en la naturaleza antioqueña .

Los predios privados donde se protege la especie ofrecen turismo familiar, conectando a las personas con la biodiversidad local y generando ingresos para programas de educación ambiental y conservación dentro de la comunidad.

Conclusión

El Montañerito Paisa representa un testimonio de la riqueza natural del altiplano antioqueño, así como un llamado urgente a protegerla. Su fragilidad ecológica, su historia de casi extinción y su redescubrimiento moderno han generado un movimiento que combina ciencia, comunidad y turismo consciente. Con estrategias integradas de conservación del hábitat, alternativas productivas sostenibles y ecoturismo basado en respeto, esta especie emblemática del paisaje paisa puede convertirse en símbolo de recuperación y resiliencia biocultural.

Visitar su territorio es más que una observación de aves: es una oportunidad de conectar con la naturaleza, la cultura y el futuro de una región que lucha por conservar su fauna más preciada.

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